Era rubia, bonita, muy bonita

Era una madrugada y tranquila cuando de repente ella, que dormía a mi lado, me despertó con un certero golpe de puño. Yo, que dormía tranquilo, de pronto tuve que gritar medio atontado y sin saber qué es lo que pasaba...


Yo: - ¿¿qué pasa??
Ella: - ¡¡Estabas con otra!!
Yo: - ¿¿¿Qué???
Ella: - ¡¡¡¡Sí, era rubia, bonita, muy bonita!!!!
Yo: - ...
Ella: - Estabas feliz, muy feliz
Yo: - ...
Ella: - (sollozos)
Yo: - (en silencio) #¡!$%#!"@#...
Ella: - ...
Yo: - ¡Me pegaste!
Ella: - ¡Sí!
Yo: - ¡Me pegaste!
Ella: - ¡Siiiiiiiiii!
Yo: - ¡pero si yo dormía...!

Siguió el insulso diálogo mientras yo caía en cuentas de que era un sueño lo que ella tuvo...

En fin, más tarde ella se disculpó por lo sucedido confesándome de que no pudo dormir el resto de la noche, que se levantó a tomar café, a mirar por la ventana, a esperar que la noche transcurriera mientras se avergonzaba por reaccionar así... ¡si sólo fue un sueño!, ella me contó todo: era rubia, bonita, muy bonita y trabajaba a la vuelta de mi oficina...

Yo le dije mi verdad:
- Nunca pasó nada, cielo, quedáte tranquila, jaja, mirá vos, ¡fué sólo un sueño! ¡Arriba!

De camino a mi oficina no pude dejar de pensar, y reírme por lo sucedido... ¡una locura!
Claro, una locura siempre y cuando no pase lo que no se espera...

Mientras transcurría la mañana todo fue normal hasta que sucedió: ensimismado en mi escritorio escuché la vos más dulce del día que me preguntaba donde quedaba un lugar que no recuerdo cuál era porque me cautivó su semblante, a ver, cómo lo explico: era rubia, bonita, muy bonita, y me pidió que la ayude, que trabajaba a la vuelta de mi oficina...


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